RESISTENCIA A LA INSULINA: MÁS COMÚN DE LO QUE CREEMOS
La resistencia a la insulina (RI) puede ser genética o adquirida por el mecanismo de adaptación fisiológico para la supervivencia humana, cuando éste se activa de manera inapropiada y crónica en el ambiente actual de la vida moderna, acarreando manifestaciones de un síndrome metabólico.
¿POR QUÉ SE LLEGA A ADQUIRIR RESISTENCIA A LA INSULINA?
Nuestra dieta actual occidentalizada, en general, es de poca calidad nutritiva y contiene muchas calorías vacías procedentes del azúcar y CH refinados con alta carga glucémica (CG). Este tipo de alimentación nos produce una subida brusca del azúcar en sangre (hiperglucemia), lo que provoca una respuesta insulínica demasiado alta para aclarar la glucosa en sangre, produciéndose así una hipoglucemia reactiva, bajando los niveles de glucosa por debajo de la normoglucemia, provocando cansancio y de nuevo, hambre.
Estas variaciones de hiper a hipoglucemia por carencia de nutrientes nos mantienen en una montaña rusa entre la superactividad y el cansancio extremo.
Este hábito mantenido en el tiempo, hace necesario cada vez más cantidad de insulina para aclarar la glucosa de la sangre y esto, a la larga, acaba desencadenando una resistencia a la insulina. Los tejidos susceptibles de presentar una resistencia a la insulina son los órganos viscerales, el tejido conjuntivo y el músculo. Mientras que el páncreas, el cerebro, las gónadas y sistema inmune no la generan.
PERO…¿QUÉ ES EXACTAMENTE UNA RESISTENCIA A LA INSULINA?
Pues aunque los niveles de insulina en sangre sean los adecuados, las células son incapaces de traducir la señal de la insulina, es decir, el receptor de glucosa GLUT4 no se moviliza adecuadamente desde el interior de la célula hacia la membrana para permitir la entrada de glucosa. Nuestro organismo compensa esto aumentando los niveles de insulina en sangre para hacer frente a la aclaración de glucosa de la sangre y, por tanto, provoca hiperinsulinemia.
Pero el problema no acaba ahí, ya que la insulina no sólo tiene función de ayuda en la captación de glucosa sino que también actúa en otras áreas como por ejemplo: eleva la testosterona (puede provocar quistes ováricos), aumenta la producción de IGF1 (acné) y bloquea la betaoxidación de las grasas (sobrepeso, obesidad).
Al tener dificultad para introducir la glucosa en estos tejidos, la glucosa se almacena en el tejido adiposo y en los órganos viscerales. Este tejido adiposo se comportará como en verdadero órgano endocrino liberando citoquinas proinflamatorias (adipocitoquinas) provocando bloqueo de la señal de la insulina agravando o provocando RI einflamación de bajo grado.
No sólo se produce un aumento del tejido adiposo debido al almacenamiento de la glucosa en los adipocitos sino que, como ya había comentado, los altos niveles de insulina bloquean la betaoxidación de las grasas provocando una inadecuada acción lipolítica. Se favorece la obesidad abdominal, la producción a nivel hepático de triglicéridos, la liberación de VLDL y por consiguiente, el desarrollo de dislipidemia.
La resistencia a la insulina suele presentarse en pacientes con obesidad central, fatiga central/periférica, alopecia, hirsutismo, glucopenia, gluconeuropenia, AGE products (manchas marrones, verrugitas típicas en el cuello…) y acné. Son típicos los casos de personas que engordan con el aire, que aún haciendo deporte no adelgazan o sufren roturas musculares en las segundas partes.
FACTORES DE RIESGO
Sobrepeso
Poca actividad física
Mujeres con medida de cintura al nivel del ombligo de más de 90 centímetros
Hombres con una medida de cintura de más de 100 centímetros
Padres, hermanos o hermanas que ya padecen diabetes tipo 2
Síndrome de ovario poliquístico (SOP)
Mayor de 45 años
Presión de la sangre mayor de 140/90 mmHg
Niveles de colesterol HDL bajos (35 mg/dl o menos)
Niveles de triglicéridos altos en sangre (250 mg/dl o más)
LA RESISTENCIA A LA INSULINA TIENE CIERTAS IMPLICACIONES A TENER EN CUENTA
Un exceso de CH en la dieta + hiperinsulinemia: provoca carencia de energía y sufrirá el órganos que tiende a fallar en la persona y por supuesto, el músculo.
Obesidad
Problemas inflamatorios
Trastornos en las hormonas sexuales
Estrés
¿Y QUE DEBEMOS HACER SI TENEMOS RESISTENCIA A LA INSULINA?
Dieta baja en CG que normalice la glucosa en sangre (normoglucemia): eliminar todo tipo de azúcares y harinas blancas.
Priorizar los CH de baja densidad. Acompañar los CH de fibra para ralentizar la absorción de la glucosa.
Añadir alimentos a la dieta conocidos como reguladores de la glucosa en sangre: la estevia, la canela, el guisante, la levadura de cerveza, la avena, el ajo, los arándanos azules, el té verde…
Ejercicio físico adaptado a las capacidades de la persona y preferentemente en ayunas o 3.5-4h después de la ingesta de alimentos.
Suplementación con ácidos grasos w-3 recomendable para contrarrestar la inflamación provocada por el tejido adiposo.
Si necesitas cualquier ayuda o aclaración en este tema u otros, puedes contactar con nosotros.
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